Me pareció curioso lo que decía la Wikipedia de Leibniz: "fue uno de los grandes pensadores de los siglos xvii y xviii, y se le reconoce como el «último genio universal», esto es, la última persona que pudo formarse suficientemente en todos los campos del conocimiento; después ya solo hubo especialistas"
Parece lógica la evolución: el conocimiento humano, hasta cierto punto, fue asequible, asumible y abarcable por alguna de las mentes brillantes que en ocasiones jalonan nuestra historia. Llegó un momento en que, ni en esas mentes prodigiosas cabía todo nuestro saber, digamos que con Leibniz. Pasamos a una nueva fase en la que se abandonó el ideal renacentista y se pasó al conocimiento aplicado, la era de los especialistas. Como especie desplegamos nuestras raíces del saber. Nadie entendía todo, eran sólo algunos los que ponían lupa a cada detalle. El conjunto así también funcionaba.
Estamos ya en ciernes de cambiar nuevamente el paso: hemos creado algo que creará por nosotros, un artefacto que nos iterará hasta alcanzar la genialidad que, cada vez más, se nos va a esconder. Las mentes brillantes serán ahora de silicio en vez de carbono. No entenderemos el cambio de igual forma que nunca entendimos a Einstein.
—Dime, papá, ¿hay alguien más sabio que Einstein?
—Sí, hijo.
—¿Quién?
—El que le entiende
Seguiremos sin seguir los nuevos tiempos, que marcarán nuestra evolución, lo interesante será ver los caminos a transitar.
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