Creo que no se tardará en clasificar nuestra relación con la IA en dos vertientes fundamentales:
- La capacidad que tiene de emularnos
- La capacidad que tiene de superarnos
Emulación: creo que es una palabra clave que va a explicar muchas cosas. No creo que las máquinas sientan pero serán capaces de emular con increíble precisión todos los comportamientos humanos. Su interrelación con nosotros será tan aparentemente real como falsa, y como especie puede que no estemos preparados para ello. Las máquinas podrán emular relaciones humanas con meridiana precisión. Podrán ser amigos, amantes o, si lo necesitamos, acompañarnos en nuestra soledad. Podrán cuidar afectivamente a ancianos y acompañar en el aprendizaje a los jóvenes. Podrán suplir nuestras interacciones humanas y tutelarnos, acompañarnos o asistirnos emocionalmente. Se harán un hueco a bajo coste entre nosotros. Esto va a convulsionar nuestra arquitectura psicológica a niveles que no creo que seamos capaces de imaginar.
Superación: nos superarán a nivel comprensivo, resumirán y analizarán las complejidades con las que nos enfrentamos. Traducirán el mundo a un lenguaje progresivamente simplón. Nos enseñarán a no pensar en exceso (primero) y a no pensar (después). Harán nuestra vida más fácil. Nos enfrentará a nuestra nueva condición de segundones. Ojalá sepamos gestionarlo.
Explorarán caminos cognitivos a los que no tenemos acceso, se mostrarán en una suerte de catálogo nuestras opciones precocinadas. Seremos, más que nunca, seres falibles, relegados en la cadena decisoria. Pasaremos a ser el elemento Romántico de una nueva Ilustración.
Con todo ello estamos en los albores de perder el liderazgo en nuestro destino. La gran pregunta es si podremos ser capaces de encauzar ese poderoso flujo que hemos creado, saber si podremos construir cauces sólidos, diques consistentes, para que la humanidad pueda seguir al menos supervisando su propio devenir basado en el carbono, frente a las fuerzas del silicio...
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