Los modelos generativos de lenguaje son un tipo de modelo de aprendizaje automático que puede generar nuevos datos, como texto, imágenes o música. Tenemos ChatGPT, Bard, Dall E, Magenta, y surgirán nuevas versiones y nuevos modelos, sin duda.
¿La IA afectará a la concepción del arte y la creatividad tal cual la entendemos?
Por supuesto. Y mucho. Empecemos por la conclusión: estos modelos van a saturar nuestros receptores sensitivos ligados al arte. Y eso es un gran problema. Me explico.
Todos, en promedio, somos capaces de apreciar un buen anuncio, una buena música, un buen logo, un buen slogan. Y apreciamos lo bueno porque, en parte, siempre es relativamente escaso. Por eso conocemos nombres propios de cantantes, o pintores, o artistas en global. Son pocos, especiales, tienen ese don que nos hace vibrar en nuestro interior. Crean, transmiten, y nos llega. El rango es amplio, nos quedamos con la traza que, digamos, cuadra con nuestro ADN, pero más allá de esa amplitud, el universo es bastante finito.
¿Qué cambia la IA? Cambia que cualquier ser vulgar y promedio (como el que escribe) en breve podrá ser alguien que genere contenido artístico de calidad, a nivel visual o auditivo. Por ser concreto (y a modo de ejemplo), no es una distopía pensar que en breve tendremos acceso a la obra que Bach podría haber hecho si no hubiera muerto cuando lo hizo. Vamos a saturar nuestro universo con creaciones de primer nivel, lo cual, sin otra opción, va a saturar nuestros receptores sensitivos: el promedio será la excelencia, y ahí los humanos ya hemos perdido una batalla que nunca hubiéramos imaginado tener que librar: la de la trascendencia y la (auto)realización, porque, dentro de nuestros límites culturales, existirán distintas IA que saturarán el mercado con "creaciones" de alta calidad. Nuestros jóvenes futuros músicos, futuros pintores, escritores, etc. tendrán como oponente a la peor de sus pesadillas.
Como mercado lo tendremos fácil, tendremos acceso a lo hasta ahora (sin dinero) innaccesible. Como especie nos enfrentamos a un enorme reto: perdemos pie en lo relativo a nuestra forma de expresarnos. Todas las dinámicas históricas desaparecerán de un plumazo: hoy un prompt supera años de estudio y vocación (y mañana...). Y esto, no me cabe duda, nos supondrá un desequilibrio psicológico como especie. No creo que seamos conscientes de esto que se nos viene encima...
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