Hay muchas incertidumbres asociadas a la evolución de la IA y a su interconexión con nuestra cotidianidad humana. Nos cueste o no creerlo, una de las características de la IA será su capacidad de emularnos en un entorno digital, dispondrá de una enorme capacidad para hacerse indistinguible frente a lo humano, desplegando una apariencia fidedigna de sensaciones, emociones y pensamiento lógico. Esto supondrá una introducción de "ruido" en nuestra vida digital, al no poder distinguir lo humano de lo artificial. De la tosquedad de los actuales bots pasaremos a versiones evolucionadas y refinadas de "humanoides" (que podrán dialogar con nosotros, o ayudarnos, o acompañarnos, o engañarnos... según para lo que hayan sido creados). Se requerirán nuevas formas de identificación que garanticen, si así se requiere, que al otro lado es un humano quien nos responde . Navegamos hacia aguas turbulentas que nos obligarán a inventar nuevas regulaciones y timones que nos permitan con...