1. Venimos de la palabra. La hemos usado, empleado, subcontratado, condecorado y violado. Al menos. No la hemos condenado, la necesitamos. Pero ha sido profundamente devaluada. Si salimos de su uso coloquial, necesitamos firmas digitales y juramentos para confirmar su valía. (¿Su reinado? Unos miles de años). Nos pareció más fiable la imagen, más verídica, "una imagen vale más que mil palabras" (nos vendieron), los artículos periodísticos venían acompañados de imágenes, para corroborar la idea esbozada con palabras. Nuestro cerebro analiza tanto la información evidente como los pequeños detalles, y no deja de ser capaz de interpolar para crear una representación de esa realidad que se nos arroja ante los ojos. Pero perdimos también la imagen, los famosos retoques de photoshop de los famosos, por ejemplo; el arte de la falsificación llegó para quedarse. No te fíes de las imágenes, parece que nos dijeron, cualquier cosa que veas puede ser una (bonita, perversa... elige el adjet...